El tiempo óptimo de consumo de los vinos, puede variar en función de numerosos factores.
Los vinos rosados son recomendables que se consuma durante el año siguiente a su embotellado, aunque ciertos rosados pueden aguantar hasta los 2 años.
En cuanto a los vinos blancos, hay diferencias entre los jóvenes y los que cuentan con crianza en barrica. Un blanco joven es recomendable beberlo entre un año y dos después de su embotellado. Un blanco con crianza en barrica puede extender su momento óptimo de consumo entre los tres y los cinco años.
Los espumosos son vinos que con el paso del tiempo van perdiendo gas carbónico. Por ello, se recomienda consumirlos en el año.
En los vinos tintos, los momentos de consumo óptimo cambian entre el joven, crianza, reserva y gran reserva:
- El tinto joven se recomienda consumir antes de dos años desde su embotellado.
- El tinto crianza puede extender su consumo óptimo entre los dos y cinco años una vez embotellado.
- El tinto reserva puede disfrutar de unos tiempos de guarda comprendidos entre los seis y diez años.
- El vino tinto gran reserva es el que mayor tiempo de maduración puede alcanzar. El momento óptimo de consumo puede extenderse de media hasta los 15 años.