No agites la botella

Cuanto más agitas una botella de espumoso más presión creas dentro del recipiente, si además quitaste la estructura de metal que sujeta el corcho es bastante lógico que este salga disparado sin control.

Asegurate que esté a una baja temperatura

Los vinos espumosos deben servirse a una temperatura baja que oscile entre los 7 y 11˚C de esta manera, además de favorecer la percepción de sus aromas y sabores, se modera el desprendimiento del gas carbónico. Podemos ver este fenómeno también en las gaseosas, cuando abrimos una a temperatura ambiente debes hacerlo con más cuidado ya que el riesgo de que el líquido salga descontroladamente, incluso antes de terminar de quitar la tapa, es mayor.

No pierdas la paciencia

Al principio descorchar un espumoso puede ser estresante y dificultoso, pero por favor sigue insistiendo y no pierdas la paciencia, que no hay nada más triste que se derrame el vino! Y ni hablar de esos trozos de vidrio tan peligrosos, claro.