El vino es un producto extremadamente sensible a cambios de temperatura, a ruidos, a vibraciones, a olores e incluso al tipo de posición.
Las condiciones ideales
Como norma general debemos de colocar la botella en horizontal, para que el vino esté en contacto con el corcho y este permanezca siempre elástico y no se seque, que tenga una perfecta estanqueidad.
Tenemos que buscar las condiciones ideales de mantenimiento: temperatura ideal constante de 14º-15ºC, oscuridad, humedad del 75-80% y ausencia de olores y vibraciones.
Si dispones de un poco de espacio, recurrir a una nevera para vinos o vinoteca es una buena forma de asegurar la longevidad del vino.
Hay que evitar las zonas de calor, como cocinas o espacios junto a radiadores, porque el calor no estropea el vino, pero acorta su vida útil y el mismo vino nos va a durar menos.